Los bebés no vienen con un manual de instrucciones e intentas resolver los problemas cuando surgen.
Los bebés necesitan alimentarse muy a menudo, especialmente durante las primeras semanas y meses, y le enseñan a tu cuerpo cuánta leche debe producir para obtener los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse. Cuando el bebé tiene el instinto de alimentarse y está cerca de ti, a menudo puede parecerte que le estás alimentando constantemente. Esto es muy normal.
Los recién nacidos amamantados necesitan alimentarse con frecuencia, al menos de 8 a 12 veces en un período de 24 horas. Esto se debe a que la leche materna es más fácil de digerir que la artificial. El estómago del bebé es del tamaño de una pequeña canica cuando acaba de nacer, por lo que debe llenarlo más a menudo con tomas muy frecuentes. A pesar de que el bebé crece y que el tamaño de su estómago aumenta, continuará necesitando tomas muy frecuentes, de nuevo algo completamente normal.
Las tomas “en racimo” se producen cuando los bebés quieren alimentarse más a menudo y en un período de tiempo más corto. Sucede a menudo por la noche y puede coincidir con la preparación del bebé para un período de crecimiento acelerado o para períodos de sueño más prolongados (aunque no siempre es así). También es posible que se esté recuperando si no comió lo suficiente durante el día. Desafortunadamente, también puede coincidir con un momento en que el bebé esté nervioso y se queje más. Así mismo, los cambios en la vida pueden afectar al bebé y es posible que quiera estar más cerca de ti, algo que supondrá tomas más prolongadas como resultado. A menudo este suele ser el caso cuando el bebé no se encuentra bien por alguna enfermedad o simplemente por la dentición. También puede coincidir con un cambio en tu situación, como la vuelta al trabajo, o alguna otra molestia en la vida del bebé que le cause más inquietud y lleve a las tomas en racimo.
Además de ser frustrante, las tomas en racimo también pueden ser motivo de preocupación y causar ansiedad en tus familiares y tu entorno. Es posible que se preocupen al relacionar este comportamiento con tu suministro de leche, aunque realmente no tiene nada que ver. No ofrecer el pecho u ofrecer una alternativa a la lactancia materna, como un biberón, no ayudará en esta situación ni tampoco se recomienda, ya que puede afectar la nutrición del bebé y tu vinculo, así como disminuir el suministro de leche. Lo mejor que puedes hacer es calmarle, mecerle, pasearle y ofrecerle el pecho. Un pediatra recomendó a una madre de Lansinoh que “buscara un lugar cómodo en el sofá y se instalara confortablemente”. Su bebé hacía tomas en racimo durante tres horas por la noche, cada noche, durante dos meses. ¡Es importantísimo recordar que esta etapa pasará! Y aunque es agotadora, no durará para siempre.
Recuerda que la lactancia materna no tiene solo que ver con la nutrición, aunque, por supuesto, es muy importante. También se trata de que el bebé quiere estar cerca de la madre. Tú y tu bebé tendréis muchos altibajos y ambos los superaréis. Sé paciente y no dudes en contactar con una especialista en lactancia para obtener consejos y la confianza necesaria ante esta o cualquier otra situación para que tú y tu bebé disfrutéis con la lactancia.