La recuperación posparto es un proceso y lleva su tiempo. Después de un embarazo de nueve meses, tu cuerpo no se recuperará de la noche a la mañana. Puede tardar semanas, incluso meses, en curarse por dentro y por fuera.
Probablemente no hayas echado de menos tener la regla durante el embarazo, así que es importante que te prepares para el sangrado posparto. No es exactamente lo mismo que una regla, así que esto es lo que debes saber:
¿Qué es el sangrado posparto?
En el posparto, todas las mamás experimentan sangrado vaginal, llamado loquios. Es completamente normal, y sangrarás tanto si has tenido un parto vaginal como si has tenido una cesárea.
Los loquios son una fase importante del proceso de recuperación. Es la forma que tiene el cuerpo de eliminar la sangre, el tejido y la mucosa que recubrían el útero durante el embarazo. Su función es similar a la de la menstruación, pero el proceso suele ser más largo y el flujo más abundante.
El sangrado posparto se produce por etapas. El sangrado más intenso empieza justo después del parto y puede durar hasta 10 días. También puedes notar coágulos de sangre. A continuación, el flujo y los manchados son más ligeros y duran entre 4 y 6 semanas después del parto. El color de los loquios empezará siendo rojo oscuro, como el de la regla, antes de pasar a un marrón rosado y, finalmente, a un blanco cremoso o amarillo.
No se habla mucho del sangrado posparto, por lo que pueden pillar por sorpresa a las madres primerizas. Es importante estar preparada para un sangrado intenso y comprender que es un proceso más largo porque forma parte de la recuperación general. Los loquios de cada mujer serán un poco distintos y su duración variará. Por término medio, duran unas 6 semanas. Lo mejor que puedes hacer es controlar tu evolución, prestando atención a cómo te sientes y a cómo cambia el sangrado con el tiempo. Si notas o sientes algo que te preocupa, consulta a tu profesional de la salud de referencia.
Es posible que los loquios sean más abundantes por la mañana porque la sangre se acumula mientras duermes. El ejercicio, incluso el hecho de ponerse de pie, también puede aumentar el flujo. La lactancia puede tener el mismo efecto porque estimula la liberación de la hormona oxitocina, que hace que el útero se contraiga.
¿Cómo debes controlar el sangrado posparto?
La protección es importante: para los primeros días (0-2 semanas) puedes utilizar una compresa posparto de alta absorción y a partir de las 2 semanas una compresa discreta y absorbente. También habría la opción de usar ropa interior reutilizable como solución lavable. Es importante evitar los tampones y las copas menstruales porque pueden introducir bacterias y provocar infecciones. Tanto si has tenido un parto vaginal como por cesárea, no debes introducirte nada en la vagina durante las 6 primeras semanas después del parto. Es importante dar tiempo a tu cuerpo para que se recupere.
Como parte del proceso de planificación del parto, es importante tener a mano compresas de gran capacidad de absorción. Las hemorragias son más intensas durante las dos primeras semanas y algunas madres cuentan que han tenido que cambiarse de compresas cada dos horas. Al principio puede ser muy abundante, por lo que las compresas gruesas son imprescindibles.
Incluso cuando el sangrado disminuye, es importante cambiar las compresas con regularidad para que la zona se mantenga limpia y seca. Esto es especialmente importante si tienes una episiotomía, un desgarro o un roce. Utilizar una botella de lavado posparto también puede ayudar a aliviar esta zona tan sensible.
Recuerda que has pasado por mucho y que tu recuperación es importante. Puede ser muy difícil con un nuevo bebé, pero intenta dar prioridad al descanso para que tu cuerpo pueda curarse. Moverte demasiado puede aumentar el flujo sanguíneo, así que ten paciencia.
¿Cuándo debo buscar ayuda?
Las hemorragias posparto forman parte del proceso de curación, pero hay que tener cuidado con algunas cosas. Por ejemplo, una hemorragia más roja, más abundante, con coágulos grandes, fiebre o secreciones malolientes pueden ser signos de infección. Llama a tu matrona o médico de cabecera para que te examine.
El sangrado excesivo se denomina hemorragia posparto. Se trata de una enfermedad potencialmente mortal que requiere atención médica inmediata. La mayoría de las madres no sufren hemorragias después del parto, pero si el sangrado es muy abundante, es importante actuar con rapidez. Según el Royal College of Obstetricians & Gynaecologists (RCOG), la hemorragia posparto suele producirse al día siguiente del parto, pero puede aparecer hasta 12 semanas después. Los síntomas de la hemorragia posparto incluyen:
- Sangrado vaginal incontrolado que empapa más de una compresa por hora.
- Expulsión de coágulos de sangre más grandes que una ciruela.
- Hinchazón o dolor en la vagina o el periné (la zona entre la vagina y el ano).
Si presentas hemorragia vaginal y alguno de los síntomas que se indican a continuación, esto puede sugerir una hemorragia potencialmente mortal:
- Visión borrosa
- Frecuencia cardíaca rápida
- Escalofríos
- Náuseas
- Sensación de desmayo
Si tienes alguno de estos síntomas, llama inmediatamente a tu médico o al 112.
El riesgo de hemorragia posparto es mayor para las mujeres que la han sufrido en un parto anterior, así como para las que han tenido un parto por cesárea o han dado a luz a varios bebés. También hay algunos trastornos médicos que pueden aumentar el riesgo, y puede preguntar a su profesional sanitario si tiene alguno de estos factores de riesgo.
Si el volumen de los loquios disminuye y su color se aclara, probablemente no tengas nada de qué preocuparte. Pero si tienes alguna duda sobre la hemorragia posparto o algo no te parece bien, consulta a tu médico. Querrán ayudarte y preferirán que hagas preguntas a que te preocupes o sufras en casa durante demasiado tiempo. Es importante que defiendas tu salud con la misma firmeza con la que defenderás la de tu bebé.