Solo para que lo sepas: únicamente el 3% de los bebés nacen en la fecha prevista del parto y los bebés primerizos tienen la mala fama de retrasarse, pero, por supuesto, no te debes preocupar demasiado por la fecha prevista de parto.
A partir de la semana 36 de embarazo, tu cuerpo comenzará a prepararse para el parto. Empezará a experimentar las contracciones de “Braxton Hicks”, también conocidas como contracciones de “práctica”. No se trata del parto real, pero puedes utilizarlas para practicar los ejercicios de respiración. De cualquier forma, si estas contracciones comienzan a ser más largas y frecuentes, contacta con tu matrona. El flujo vaginal empezará a aumentar y podrá adoptar un tono rosado. Es posible que notes cómo la cabeza del bebé cae en su preparación a la llegada al mundo. ¡La ventaja de esto es que podrás respirar más fácilmente!
Comienza el parto
Algo que muchas mujeres desconocen es que romper aguas no es en realidad el primer signo de parto. La bolsa amniótica puede permanecer intacta hasta el nacimiento del bebé y, de hecho, algunos bebés incluso han nacido con la bolsa, algo popularmente conocido como nacer “con velo” y que se considera como un signo de buena suerte. Si rompes aguas, comprueba su color, ya que tu matrona querrá saber si el agua fue clara, verdosa o estaba manchada de sangre.
Para la mayoría de mujeres el parto comienza cuando experimentan contracciones leves y persistentes, que a veces se perciben al inicio como un dolor de espalda. Si estás de parto, los dolores pasarán a ser más fuertes, largos y frecuentes. Podrás diferenciarlos de las contracciones de Braxton Hicks porque las contracciones de “práctica” generalmente se frenan o detienen al acostarte o tomarte un vaso de agua, por ejemplo. En algunos casos, puedes notar tus intestinos sueltos como un signo del parto.
Las secreciones también pasarán a ser de color marrón y con sangre, cuando el tapón mucoso que bloquea el cuello del útero se libere, una señal más de que tu parto está comenzando.
Durante las primeras etapas del parto, el cuello uterino se estrecha y comienza a dilatarse un centímetro por hora en promedio (para el primer bebé). Necesitarás haber dilatado diez centímetros antes de que tu bebé salga al mundo.
El inicio del parto puede ser un momento muy emocionante para ti, pero recuerda que el proceso va a ser largo y no siempre fácil. Intenta descansar el máximo ese día (o al menos trata de hacerlo). Puedes salir a caminar o darte un largo baño. Toma muchos líquidos y haz comidas ligeras.
El momento en que llamar a tu matrona dependerá de ti y de tus circunstancias, ya que estamos seguros de que ya habrás hablado de este tema con ella. Si acudes al hospital cuando el parto se acaba de iniciar, es probable que te envíen para casa a esperar un poco hasta que hayas dilatado más. Si crees que necesitas ir al hospital, no dudes en hablar con tu matrona para decidir qué debes hacer. Una técnica popular que siguen las mujeres es la regla 1-5-1: contracciones que duran un minuto o más, espaciadas menos de 5 minutos, y que llevas experimentando durante una hora. Lo más importante es mantener la paciencia y la calma, ya que estás a punto de conocer al hijo/a que has estado llevando dentro durante estos 9 meses.