La mayoría de las nuevas madres están entusiasmadas por conocer a su bebé, pero es posible que también se sientan muy cansadas física y emocionalmente a medida que su cuerpo se recupera del parto.
A algunas familias les resulta adecuado contemplar las dos primeras semanas con el nuevo bebé como una “luna de bebé” (como una luna de miel). Date tiempo para vincularte con tu pequeño, ¡no todas las madres se enamoran de sus bebés a primera vista! Limita las visitas al mínimo y deja pasar a quienes traigan comida o estén dispuestos a ayudar en las tareas de casa. Si pones un letrero en tu puerta que diga ‘Mamá y bebé durmiendo. Por favor, vuelve más tarde’, mantendrás alejadas a las personas que vienen sin avisar. ¡Ah! Y no olvides que siempre puedes apagar tu teléfono si no quieres que te molesten.
Algunos consejos importantes:
- Comida y bebida. Una dieta bien equilibrada te permite obtener las vitaminas y minerales que necesitas a diario y ayudará a tu cuerpo a curarse y recuperarse rápidamente. Come cuando tengas hambre; es habitual en las primeras semanas comer poco y a menudo. Asegúrate de tener cerca algunos tentempiés saludables, especialmente durante la noche. También es muy importante beber mucho líquido; el agua es excelente para mantener la vejiga saludable y evitar el estreñimiento.
- Salud física. Para empezar, ten en cuenta que todavía puede que parezcas embarazada. Lleva algún tiempo que la barriga vuelva al tamaño previo al embarazo. Sin embargo, no es necesario preocuparse. Si realizas los ejercicios posnatales y das el pecho, pronto todo volverá a la normalidad. Puedes apuntarte a una clase de ejercicios posnatales, como yoga o pilates. La natación también es buena, pero no la consideres hasta que hayas dejado de sangrar. Caminar es un gran ejercicio, pero ten cuidado con el ritmo y no trates de ir demasiado rápida al principio o podrías terminar sintiéndote agotada.
Si tuviste un parto por cesárea, es posible que debas tomarte las cosas con un poco más de calma. Como guía general, no levantes nada más pesado que tu bebé y no conduzcas un coche hasta que te sientas capaz de realizar una parada de emergencia.
- La higiene personal es especialmente importante en el período posnatal. Recuerda lavarte bien las manos ANTES y DESPUÉS de ir al baño, cambiarte las compresas, etc. Lo último que quieres es contraer una infección en el útero o en una herida (desgarros o puntos de sutura). Una buena higiene junto con una buena dieta y muchos líquidos ayudarán a evitarlo.
- Salud emocional. No es raro que las mujeres tengan tristeza posparto o “baby blues” alrededor de tres a cinco días después del parto. Se debe al cambio hormonal y al cansancio, y es muy diferente de la depresión posnatal. Puede que te encuentres llorando sin razón aparente, por lo que prepara a tu pareja con una caja de pañuelos y un hombro para descargar tu llanto. Si la tristeza te dura más de unos pocos días, entonces habla con tu matrona o profesional de salud. La depresión posnatal se reconoce y trata mejor cuando antes se detecta. ¡No tengas miedo de pedir ayuda!
Es interesante desarrollar un sistema de apoyo lo antes posible formado por amigos, grupos, miembros de la familia o cualquier otra persona que te ayude a sentirte bien contigo misma.
- ¡Mantén cerca a tu bebé! Te ayudará a reconocer las señales de demanda del bebé y evitará el estrés y el llanto innecesarios de ambos.
Recuerda que solo cuidándote a ti misma podrás darle la mejor atención posible al bebé.
Cuanto más te cuides, más energía tendrás y menos estresada te sentirás. ¡Así que tómate el tiempo para darte un buen baño relajante e incluso organizar un masaje o una visita a la peluquería sin sentirte culpable!