La clave para un buen agarre es el tiempo.
Cuando la boca de tu bebé se abra de par en par, debes empujar su espalda rápida y firmemente hacia el pecho. Con un buen agarre, la mandíbula inferior de tu bebé debe colocarse lo más lejos posible de la base del pezón y dejar la barbilla contra el pecho.
Tu bebé necesita introducir una gran cantidad de tu pecho (no solo el pezón) dentro de su boca, lo más atrás posible. Con un buen agarre, la boca de tu bebé debe colocarse sobre el pecho de manera que la mandíbula inferior esté lo más alejada del pezón. Debería verse más areola en la parte superior del labio de tu bebé que debajo del labio inferior.
Para que la leche salga, tu bebé se llevará tu pezón y tu areola a la parte posterior de la boca, donde se encuentran el paladar duro y blando. Permitiendo que el pezón esté muy por detrás de las encías de tu bebé y que tenga una gran cantidad de areola en la boca.
Mientras tu bebé está abriendo la boca, debes empujar la espalda de tu bebé hacia el pecho.
Lo primero que debe tocar tu pecho es su barbilla, y apuntar el pezón hacia el techo de la boca del bebé. Como la mandíbula inferior del bebé realiza la mayor parte del trabajo durante la toma, esta debe conectarse primero con el pecho.
Para que el agarre sea lo más eficaz y cómodo posible, debes intentar que sea “asimétrico” o “descentrado”, algo que sucede cuando la mandíbula inferior del bebé se coloca lo más lejos posible del pezón. Esto permite que el pezón se extienda más fácilmente hacia la “zona de confort” en la boca del bebé, que es donde se encuentra el paladar duro y el blando. En esta posición correcta, el agarre será más cómodo para tí y tu bebé.
Aunque se supone que la lactancia no duele, es normal que sientas tu pezón un poco sensible en los primeros días mientras se establece la lactancia materna. Suele ocurrir al principio de la toma, ya que la primera vez que tu bebé succiona, extiende el pezón y el tejido areolar hasta la parte trasera de su boca. Si tus pezones están doloridos, significa que tienen que estar más atrás en la boca de tu bebé. Una vez que se haya establecido un buen agarre, la lactancia materna debería ser más cómoda, algo que sucede aproximadamente en una semana.
Puede llevar tiempo y requerir paciencia que tu bebé se agarre bien al pecho. Si sientes alguna molestia o parece que tu bebé no está mamando adecuadamente, retira a tu bebé del pecho e inténtalo nuevamente. Con el tiempo y la práctica, el agarre será más fácil y automático.