Cuando se trata de vestir al bebé, la época más difícil y la que más preocupa a muchos padres es el verano. Cubrir excesivamente al bebé podría hacer que desarrollara una erupción por calor, pero no taparlo podría dejarlo expuesto a un calor excesivo, quemaduras solares e incluso un golpe de calor. Es importante asegurarse en los meses de verano de que el bebé no tenga demasiado calor, ya que este hecho se ha relacionado con la muerte súbita, en la medida en que los bebés duermen más profundamente cuanto más calor tienen.
Para asegurarte de que el pequeño se mantiene fresco durante los meses de verano, aquí tienes unos consejos sobre cómo vestir al bebé para el calor:
- Elige la ropa adecuada: Si va a pasar la mayor parte del tiempo en el interior, elige ropa holgada y ligera hecha de algodón que absorba bien la transpiración. Una buena regla es vestir al bebé como tú vas vestida. Cuando salgas, viste al bebé con pantalones largos de color claro, una camiseta de manga larga y un gorro para protegerle la cabeza y la cara.
- Proporciónale una buena ventilación: Los bebés no transpiran bien y les resulta difícil controlar su propia temperatura, por lo que es más probable que se calienten en exceso. Nunca dejes a tu bebé en una habitación caliente o en un coche estacionado. Incluso un par de minutos puede resultar extremadamente peligroso.
- Usa un porta bebés preparado para el verano: La combinación del calor corporal de los padres con el espacio reducido puede hacer que el bebé se caliente y se incomode muy rápidamente. Elige un porta bebés hecho de poliéster en lugar de una fibra gruesa. Si el bebé empieza a enrojecerse, sácalo del porta bebés inmediatamente.
- Mantén al bebé hidratado: Aunque el bebé no sude, puede deshidratarse con el sol del verano. Si tiene la cara enrojecida, lo notas caliente al tocarlo, respira rápidamente y parece inquieto, puede estar deshidratado. Proporciónale los líquidos necesarios dándole el pecho con frecuencia.
Cuando llegue el invierno, asegúrate de que el bebé se mantiene caliente y seco. Aquí tienes unos consejos para los meses más fríos:
- Crea un ambiente acogedor para dormir: Elija una sábana ajustable para la cuna del bebé, preferiblemente de franela. Los sacos de dormir suaves y cálidos de una pieza permiten mantener al bebé calentito toda la noche y evitan que se enreden debajo de esas molestas mantas.
- Capas fáciles de poner y quitar: Un mono o buzo proporcionan una gran protección contra el frío y son ideales en los meses de invierno. Simplemente ponle el mono antes de salir de casa y asegúrate de quitárselo tan pronto como regreses para evitar que se caliente en exceso.
- Gorrito y mitones: Un gorrito suave lo protegerá del frío. Si las manos del bebé quedan expuestas al salir de casa, llévate algunos mitones. Los mitones son guantes de una pieza con cuerdas que funcionan muy bien, ya que evitan que el pequeño se los quite y los pierda. Recuerda quitarle el gorrito cuando vuelvas a casa.
- Controla la temperatura de la habitación: La temperatura ideal de la habitación del bebé es de entre 16ºC y 20ºC. Por supuesto, durante la noche la temperatura variará, pero si colocas la cuna del bebé lejos de corrientes de aire o fuentes de calor directas, verás qué la fluctuación es menor. En noches muy frías, si decides mantener la calefacción encendida, intenta que esté en el nivel más bajo.