Como todas las madres embarazadas saben, el embarazo consiste en tres ‘trimestres’ o términos, cada uno dura aproximadamente tres meses. ‘El cuarto trimestre’ se refiere al tiempo que va desde el nacimiento hasta que el bebé tiene alrededor de tres meses. Fue descrito por primera vez por la británica experta en partos y activista Sheila Kitzinger a mediados de la década de 1970:
“Hay un cuarto trimestre para el embarazo, y lo descuidamos mucho. Es un período transitorio de aproximadamente tres meses que van desde el nacimiento, hasta los 3 primeros meses del bebé, precisamente cuando muchas mujeres se sienten emocionalmente vulnerables, confundidas y se pueden desesperar constantemente, y durante el cual la ansiedad es normal y los estados de depresión son relativamente comunes.”
Recientemente, este término ha sido popularizado por el pediatra y autor estadounidense Dr.Harvey Karp, quien señala que el cuarto trimestre es un reto para los bebés, pero también para las madres:
“Si se les diera la opción, los bebés definitivamente habrían votado por unos meses más dentro del útero. Por lo tanto, durante los primeros tres meses después del nacimiento – el cuarto trimestre – se debe pensar en los bebés como fetos fuera del útero...”
“Durante el cuarto trimestre, el bebé normalmente llora y puede sentirse angustiado, lo que supone que la madre se probablemente se agote. ¡Los recién nacidos están aprendiendo a adaptarse a la vida fuera del útero donde estaban calientes y mulliditos! Se expresarán al límite con sus nuevas cuerdas vocales con gritos y llantos, dormirás poco y las siestas serán escasas, durante el cuarto trimestre el horario de sueño será errático, se trata de un periodo que puede ser estresante, frustrante y agotador”.
A pesar del agotamiento, estas primeras semanas también están llenas de amor y abrazos, ese primer momento en que conoces a tu bebé, o lo presentas a la familia o a los amigos, o creáis vida familiar. Experimentarás la inmensa recompensa de ver como crece rápido y empezarás a entender su personalidad. Estar mentalmente preparada para el cuarto trimestre, te ayudará y también a tu pareja a superar los desafíos, adaptarse a vuestro nuevo papel como padres, y disfrutar de este momento especial.
El desarrollo sensorial y social del recién nacido
Tu bebé nace completamente indefenso. A diferencia de otros mamíferos que pueden aferrarse a su madre en su primera hora de vida, un recién nacido ni siquiera puede sostener su propia cabeza. Depende completamente de ti para satisfacer todas sus necesidades. Su cerebro crece un 10% cada día durante sus primeros tres meses de vida.
Al final del cuarto trimestre, no sólo levantará la cabeza, sino que también será capaz de sonreír y balbucear – su primera comunicación. Además, entenderá más cosas y pateará – sus primeras habilidades motoras. Será capaz de seguir con sus ojos las cosas y cogerlas – sus primeros movimientos de coordinación mano-ojo.
La visión de tu bebé mejorará dramáticamente durante esas primeras semanas. Aunque los científicos no se ponen de acuerdo acerca de la visión de los recién nacidos, gama de colores o enfoques; dos cosas son ciertas: a los bebés les encanta mirar caras, más que cualquier otra cosa, y centrarse mejor en los objetos que están a 20 a 35 cm de distancia – es aproximadamente la distancia que hay entre tu cara y la del bebé cuando le alimentas.
Para cuando tenga un mes de edad, podrás notar que a tu bebé le gusta mirar las cosas negras y patrones blancos, así como colores llamativos. Y a los dos o tres meses lo verás rastreando objetos con los ojos y empezando a reconocer a las personas favoritas y las cosas a una mayor distancia.
Tu recién nacido reconoce y prefiere tu voz a cualquier otra, después de haberla escuchado tan a menudo en el útero.5 Si te descubres a ti misma hablando o cantando a tu bebé en un tono más agudo y lento es porque instintivamente ya sabes que lo prefiere así.
Tú y tu pareja podéis ayudar a su desarrollo sensorial y social durante estos primeros tres meses, interactuando con él siempre que sea posible. Háblale, cántale, hazle preguntas e invéntate sus respuestas, haz contacto visual y exagera tus expresiones faciales. Hazle comentarios cuando lo vistes, le cambias los pañales o le bañas. Elige juguetes y libros llamativos para captar su atención. Intenta evitar el móvil, el ordenador o la televisión cuando estés con tu bebé.
Calmar al bebé
Los padres que están esperando un bebé a menudo montan un cuarto acogedor o compran una cuna cara, para luego darse cuentan de que su recién nacido no dormirá en ella. “Odia que lo dejemos en la cuna”, y “sólo duerme sobre mí”, estás son las dos quejas más comunes de los padres.
Solo es cuestión de ponernos en la piel del bebé, ha pasado nueve meses en la oscuridad y comodidad del vientre de mamá, donde la temperatura era constantemente cálida, estaba rodeado por líquido amniótico, y siempre alimentado gracias al trabajo duro de la placenta y cordón umbilical. Siempre mecido por los movimientos de mamá y con una constante banda sonora de su sistema digestivo y el flujo sanguíneo.
Muchos expertos, incluido el Dr. Harvey Karp, sugieren que la mejor manera de ayudar a un bebé a adaptarse a la vida fuera del útero es hacer que las condiciones sean lo más parecidas posible al mismo. Probablemente tú instintivamente lo mecerás y lo consolarás, y también usarás sillas o cunas mecedoras y aplicaciones de ruido blanco para crear los mismos sonidos.
Usar el portabebés y portear a tu bebé cuando sales de paseo o haces cosas en casa le reconectará con los movimientos familiares que sintió en el útero, lo mantendrá caliente y seguro, cerca del olor reconfortante de tu cuerpo y el sonido de tu voz. Siempre colócalo cara a cara, espalda apoyada y la barbilla lejos de su pecho.
A algunos bebés les gusta estar envueltos en una manta en sus primeras semanas, ya que recrea la sensación de confinamiento que sentían mientras estaba en el vientre materno. A otros, les encanta los baños calientes, especialmente si estás en la bañera con ellos.
Se han visto bebés chupando su pulgar en exploraciones desde la semana diez de embarazo, pero una vez que nacen pueden tener dificultades para conectar mano – boca. Si notas que está tratando de chupárselo y no puede, o descubres que chupar tu dedo limpio le ayuda a calmarse, es posible que necesite un chupete. Si se quiere amamantar a un bebé es mejor esperar hasta que la lactancia se haya establecido de forma segura (generalmente cuatro semanas más o menos), siguiendo las indicaciones para el uso correcto del chupete y asegurándose de que no se interfiere con el desarrollo de los dientes o el habla del bebé.
Si, después de todos tus esfuerzos, tu bebé todavía no se consuela cuando no lo tienes en brazos, recuerda que su comportamiento es una antigua estrategia de auto-preservación para mantenerse caliente, cerca de su fuente de energía y a salvo de los depredadores. Es una fase corta pero agotadora, comparte los cuidados con tu pareja y cualquier otra persona que esté a mano para proporcionar más abrazos.
Llantos y cólicos
El bebé llorará más durante el cuarto trimestre que en cualquier otro momento de su vida. Alcanzando su punto máximo alrededor de las seis semanas y disminuyendo significativamente de los tres a cuatro meses de edad.
Podemos definir un cólico cuando un bebé sano llora sin razón aparente durante más de tres horas al día, más de tres días a la semana, durante tres semanas o más.8 Aunque puede suceder a cualquier hora del día, el llanto cólico es más común durante las noches, y puedes notar que tu bebé tiene gases y está incómodo. Los cólicos afectan hasta una cuarta parte de todos los bebés9 y no hay una cura probada, aunque las técnicas calmantes mencionadas anteriormente pueden ayudar.
Los cólicos son angustiosos para los bebés y los padres, pero la buena noticia es que por lo general desaparecen poco después del cuarto trimestre.
La lactancia materna y el piel con piel
La lactancia le da al bebé el mejor comienzo posible en la vida porque su leche está llena de anticuerpos y factores protectores, así como nutrientes adaptados con precisión a sus necesidades de desarrollo. Ninguna leche de fórmula puede acercarse a aportar todos los beneficios para la salud que da la leche materna.
Alrededor de ocho de cada diez madres en los países desarrollados comienza a amamantar, pero les parece más difícil de lo que esperaban. Un estudio reportó que el 92% de las madres primerizas tienen al menos un problema en su lactancia materna desde el tercer día.
Las guías de alimentación a menudo repiten el mantra que “la lactancia no debería doler”, pero la realidad es que muchas mujeres tienen pezones doloridos desde los primeros días. Además, alrededor del segundo o quinto día, se produce la bajada de la leche y los pechos pueden hincharse teniendo fugas, tu cuerpo ha pasado de producir pequeñas cantidades de calostro amarillento a volúmenes mucho más grandes de leche materna cremosa.
Los bebés recién nacidos tienen estómagos diminutos por lo que necesitan alimentarse con frecuencia, hasta 12 o 13 veces cada 24 horas. Mientras que algunos bebés son comilones, drenando la mama como poco en 12 minutos, otros son lentos y somnolientos, tardando hasta una hora.11 Alimenta a tu bebé cada vez que tenga hambre, no sigas horario ni cronómetro. A veces una toma le satisfará durante cuatro horas, a veces querrá más leche diez minutos más tarde.
No te preocupes, todo lo que estás pasando es completamente normal. Si la lactancia materna no es fácil para ti, pasa más tiempo practicando piel con piel, estimulará el impulso de tu bebé de alimentarse y le permitirá engancharse fácilmente cuando quiera, así como ayudará a liberar las hormonas prolactina y oxitocina en el cuerpo para aumentar la producción de leche materna.
Practicar piel con piel también ayuda a tu bebé a adaptarse a la vida fuera del útero, haciendo que se sienta seguro, tranquilo y relajado. Libera oxitocina (también conocida como ‘la hormona del amor’ tanto en la madre como en el padre, lo que ayuda al proceso de unión. Así que, pon una mesa con libros y snacks cerca del sofá para que puedas pasar mucho tiempo en esta posición durante las primeras semanas de tu bebé.
Como cualquier destreza, dominar la lactancia materna puede tardar un tiempo. Pero paciencia, tu cuerpo será más eficientes en la fabricación y almacenamiento de leche y tu bebé desarrollará su succión y un estómago más grande – por lo que tus sesiones de lactancia materna se harán más cortas, las tomas se espaciarán más y tus pechos gotearán menos. Al final del cuarto trimestre los dos seréis expertos en lactancia materna.
¿Cómo puede apoyarte tu pareja?
Las parejas también pueden disfrutar de los beneficios del piel con piel con su bebé, y pueden ser un gran apoyo en la lactancia materna. Los estudios dicen que cuando las parejas se informan y se dejan aconsejar sobre la lactancia materna, las madres son más propensas a comenzar a amamantar, amamantar exclusivamente, y continuar amamantando más tiempo.
Aunque no es posible que puedan amamantar, tu pareja puede mecer y calmar al bebé, cambiarle de pañales y bañarlo, así como preparar las comidas, hacer las tareas de casa y estar pendiente de las visitas, para que puedas descansar tanto como sea posible y recuperarte del parto.
Si no tienes pareja, o no puede estar mucho tiempo a tu lado, busca el apoyo de otros miembros de la familia o amigos. O considera la ayuda remunerada de una doula o enfermera de maternidad si te lo puedes permitir.
Sé amable contigo misma
Intenta hacerte la vida lo más fácil posible durante estos primeros días y semanas.
Muchas madres recomiendan llenar el congelador con comidas – idealmente algo que se pueda comer con una mano, mientras se amamanta o se mece al bebé en otra. Compra aperitivos nutritivos para que te de energía rápidamente cuando estás alimentando a tu bebé. Plátanos, barras de granola, nueces, galletas, hummus, queso, frutos secos y barritas de avena son buenas opciones.
Cuidar de un recién nacido requiere una increíble cantidad de tiempo y energía, así que relájate ante cualquier otra cosa en tu vida que no es esencial. No importa si el aspirador no se pasa o no te pones maquillaje.
Humor
‘Baby blues’ se producen por enormes oscilaciones hormonales después del nacimiento. Le ocurre a ocho de cada diez nuevas madres, por lo general alrededor del día cuarto a quinto. Si de repente te encuentras llorando y con ansiedad durante la primera semana, es probable que te esté pasando.
Si estos síntomas comienzan más tarde o duran más de un par de semanas, pueden ser un signo de depresión postnatal (PND), que afecta a una de cada diez madres primerizas. Habla con un profesional de la salud si sospechas que podrías tener PND – hay mucho apoyo y diversos tratamientos disponibles.
Salud mental: formas de sentirse bien
Como madre primeriza pasas tanto tiempo centrada en el bienestar de tu bebé, que es importante tener tiempo para tus propias necesidades. Piensa en lo que es más esencial para tu estado físico y salud mental – tal vez quedar con amigos, un paseo por el campo, una noche de pizza y cine, una clase de ejercicio, o un baño largo – trata de encontrar tiempo una vez a la semana.
Rodéate de una red de apoyo que te haga sentir positiva acerca de tu crianza y te ayude con cualquier problema. Además de tu pareja, podrías incluir familiares y amigos, profesionales de la salud de confianza, grupos de bebés locales, foros o libros de crianza.
Visitantes valiosos
Lo más probable es que tengas una cola de familiares y amigos dispuestos a conocer a tu recién nacido. Intenta mantener las visitas en tus propios términos, no en los suyos. Si prefieres pasar un tiempo conociendo a tu bebé antes de tener visitas, está bien. Y si prefieres presentar a tu bebé a través de una video-llamada, eso también está bien.
Si invitas a gente, prioriza a aquellos que ofrezcan ayuda práctica. Apreciarás un invitado que traiga comida, se ofrezca a hacer las tareas domésticas o se encargue del bebé mientras te duchas.
Tu cuerpo post-bebé
Inmediatamente después del nacimiento todavía tendrás que usar ropa de maternidad, pero tu barriguita firme será reemplazada por un vientre más tierno y arrugado. El útero tarda de seis a ocho semanas en encogerse.
La lactancia materna ayuda a tu útero a volver a su tamaño pre-nacimiento, ya que la oxitocina hace que el tejido uterino se contraiga y también ayuda a reducir la pérdida de sangre. Puedes sentir “entuertos”, sensaciones o dolores similares a una contracción, durante las primeras semanas de lactancia. Es probable que sean más fuertes si no es el primer bebé.
El embarazo, el parto y el nacimiento imponen enormes exigencias al cuerpo de una madre, por lo que aún puedes experimentar algunos efectos posteriores durante el cuarto trimestre. Analgésicos y baños calmantes ayudarán con cualquier dolor genital, hematomas o hemorroides, y ejercicio suave como caminar o yoga aliviará dolores y los órganos, huesos y músculos regresarán a su posición previa al embarazo. Si tienes alguna preocupación con tu recuperación, u observas cualquier signo de infección o hemorragia (exceso de pérdida de sangre), ponte en contacto con un profesional de la salud de inmediato.
No esperes que tu cuerpo se recupere enseguida, no hagas caso de las revistas. Tu cuerpo tarda muchos meses en crecer y dar a luz a un bebé, y puede que muchos meses para recuperarse después. Date tiempo a sanar a medida que vas conociendo a tu recién nacido y redefiniendo tu relación de pareja. Dar a luz es el instante que te hizo madre, pero es el cuarto trimestre el que da forma a tu identidad como madre.