¿Has “echado a perder” a tu hijo por responder demasiado a sus necesidades? ¿Le ha ocurrido algo aterrador que le cause esta angustia?
La respuesta es “no”. Tu pequeño simplemente está experimentando algo llamado “ansiedad por separación” y es completamente normal, incluso beneficioso.
¿Qué es la ansiedad por separación?
- Es una fase normal en el desarrollo infantil, que suele manifestarse entre los 8 meses y los 2 años de edad.
- Una señal de que tu hijo ha resuelto que está separado o que puede separarse de ti.
- Consciencia sobre quiénes son sus seres más cercanos y queridos.
- El cerebro de tu hijo está formando conexiones que le permiten establecer una base de apego firme y segura con sus seres queridos.
- Una base de apego seguro que le da la capacidad de volverse independiente.
- Cuanto más receptiva sea la madre (y el padre) durante esta fase crucial del desarrollo del niño, mayor será su potencial para convertirse en un niño independiente con confianza, por muy contrario a lo intuitivo que pueda parecer.
¿Cuáles son los signos de la ansiedad por separación?
- Señales de angustia de ansiedad cuando se separa de ti.
- Total dependencia de ti. De repente, dejarlo un momento para ir al baño o poner la cafetera puede causarle angustia.
- Solo tú. Incluso papá ya no es lo suficientemente bueno como para sentirse cómodo.
- A veces, incluso un extraño que mira a tu pequeño o lo saluda le causa malestar.
La ansiedad por separación remite con el tiempo y, en la mayoría de casos, desaparece alrededor de los 2 años, aunque lo más probable es que reaparezca periódicamente en situaciones estresantes, como enfermedades, entornos extraños, brotes de desarrollo, etc.
Como la ansiedad por separación es completamente normal, no hay necesidad de combatirla, ignorarla o preocuparse por ella.
Algunas cosas útiles cuando te enfrentas a la ansiedad por separación podrían ser:
- Reconocerla. No la ignores.
- Redúcela evitando las situaciones que la desencadenan, o lleva a tu bebé en un porta bebés.
- Responde a las necesidades del pequeño lo antes posible. Aliméntalo cuando tenga hambre, consuélalo cuando llore y cámbialo cuando necesite un pañal limpio. Tu bebé sabrá que estás ahí y que puede confiar en ti, lo que le ayudará a fomentar una base de apego seguro.
- Si alguna vez necesitas dejar a tu pequeño, déjalo con alguien de confianza, diles que volverás y vete cuando sea consciente de ello. Luego regresa tan rápido como puedas. Esto le demostrará que siempre vuelves.
- Algunos bebés se apoyan en un objeto transicional, como una manta, un juguete blandito o un artículo de tu ropa (usada para que retenga tu olor) cuando la separación es necesaria.
- Jugar al “cucú” puede favorecer que algunos niños se sientan más cómodos ante tu desaparición temporal.
En ocasiones, la fase de ansiedad por separación puede ser difícil y frustrante, pero si continúas en sintonía con tu bebé y respondiendo a sus necesidades, por contradictorio que pueda parecer, ambos saldréis de esta fase con la seguridad de que has ayudado a tu hijo a establecer un vínculo firme contigo. Este apego seguro actuará como base desde la cual tu pequeño podrá desarrollar su independencia con confianza, que es el objetivo final.