Crianza compartida positiva

Crianza compartida positiva

La crianza compartida consiste en tomar decisiones conjuntamente para que, desde el primer día, tu bebé reciba el mismo mensaje de ambos progenitores y, a medida que crezca, perciba la coherencia y confiabilidad en la forma en que lo ayudas. Es menos probable que los niños de familias positivas de padres que comparten la crianza se confundan debido a mensajes dispares.

Tu bebé empezará a moverse mucho más y a explorar su entorno. Un hogar seguro ayudará a que el bebé explore de manera confiada y promoverá una experiencia placentera para toda la familia. Tomar decisiones, como lo que se deja al alcance del bebé y lo que se retira, y verificar que los enchufes y cables no estén accesibles para sus pequeños dedos, es importante para que el bebé no reciba mensajes contradictorios sobre lo que puede y no puede tocar.

Si aún no lo hace, tu bebé pronto se pondrá de pie. Comprueba que los muebles sean resistentes y que no se le puedan caer encima. Tan pronto como el bebé se ponga de pie, lo hará de manera independiente, sin avisar, por lo que confirmar que los muebles están bien asegurados es importante para la tranquilidad de todos.

Si movéis los muebles, tendréis que decidir qué es lo mejor para las habitaciones y para la seguridad de vuestro bebé. La movilidad del bebé también significa que puede querer comer mientras se mueve, así que ambos deberéis decidir si estáis de acuerdo con ello o si preferís que todas las comidas se hagan en la mesa o la cocina. Es posible que el bebé no muestre demasiado interés en la comida porque explorar es mucho más divertido, pero, claro, su nutrición también es importante.

Para que le interese la comida y para acostumbrarle a sentarse en la mesa a comer, puedes amamantarle allí durante el día. Picar algunos tentempiés saludables mientras amamantas facilita que el bebé también se alimente de sólidos.

La cocina es una de las zona preferidas de los bebés para explorar. Reserva un armario para artículos de plástico con los que juegue y cierra el resto de puertas de los armarios, especialmente aquellos que contengan productos químicos o frágiles. Asegúrate de mantener cualquier medicamento fuera de su alcance.

A medida que tu bebé crezca y sea capaz de mantenerse estable y dominar el movimiento, podrás recolocar los muebles en su lugar original. Piensa en ello como una limpieza anual a fondo de la casa. Las puertas de los armarios deberán continuar cerradas para el bebé. Mantén tus decisiones flexibles para poderlas cambiar y así satisfacer las necesidades de desarrollo del bebé a medida que crece.