Cambios en el cuerpo durante el embarazo

Cambios en el cuerpo durante el embarazo

Con todos los ajustes hormonales que se producen, no es sorprendente que notes cambios en tu cuerpo durante el embarazo, así como en el crecimiento de tu barriguita. Si eres afortunada, experimentarás una grata sensación de bienestar durante el embarazo, aunque no ocurre en todas las mujeres. Puede que notes cambios molestos, pero es importante recordar que la mayoría de estos desaparecen tras dar a luz.

Náuseas matutinas

Las náuseas comienzan habitualmente alrededor de la semana 6, y deberían mejorar entre las semanas 12 y 14. De cualquier forma, no hay garantía de nada, y es posible que continúes con las náuseas y la propensión a vomitar durante más tiempo. Desafortunadamente, “matutina” es un adjetivo inapropiado, ya que de ninguna manera se limitan a la primera parte del día. Alrededor del 80% de las mujeres embarazadas sufren de náuseas. Comer poco y con frecuencia, mantenerse hidratada, tomar galletas de jengibre o té y usar pulseras de acupresión son cosas que pueden ayudar. Sin embargo, si no puedes tragar nada y estás perdiendo peso, acude a un profesional de la salud.

Cambios en la piel durante el embarazo

Es posible que tu piel se torne grasa y se fragmente en manchas, o bien que se vuelva seca e irritada. Esto es algo habitual, pero, si el picor se extiende por grandes zonas de la piel, debes consultarlo con tu médico de cabecera o matrona, ya que podría tratarse de una afección hepática muy rara llamada colestasis obstétrica. La “máscara del embarazo” (cloasma) es la aparición de manchas oscuras en la cara y en el cuello de las mujeres de piel clara, y de manchas más claras en mujeres de piel oscura, y se manifiesta en aproximadamente la mitad de los embarazos. Asegúrate de protegerte del sol, ya que empeora con la exposición solar. Estas manchas suelen desaparecer después del nacimiento.

Estrías

Bien, antes que nada el dato estadístico… 9 de cada 10 mujeres tienen estrías durante el embarazo, por lo que es probable que te aparezcan algunas.

Las estrías son líneas estrechas que se desarrollan en la superficie de la piel, y que aparecen con más frecuencia en la barriga, las nalgas y los muslos. Tu cuerpo está cambiando para adaptarse al bebé, por lo que son de esperar algunos cambios físicos. Ciertos estudios muestran que, si un familiar cercano (como tu madre) tiene estrías, entonces es más probable que también tú las tengas. Las estrías pueden ser de color rojo o morado cuando aparecen por primera vez, algo absolutamente normal. Cuando la piel se vuelve a contraer, adquieren un nuevo tono blanco plateado.

No existe una fórmula mágica para prevenir las estrías, aunque es razonable tratar de ganar peso de forma lenta y regular, hacer ejercicio suave y frecuente, y comer de manera saludable. Se pueden usar cremas, geles y lociones para tratar las estrías, así como masajear la zona afectada con movimientos circulares, estirando la piel siempre hacia el corazón para favorecer la circulación y aliviar la zona afectada. Hidrata tu piel con frecuencia para calmarla y aliviar las molestias.

Dentición

Durante el embarazo, tus encías se debilitarán, por lo que serán más propensas a infecciones y el sangrado.

Calostro

Tus pechos empiezan a cambiar y se preparan para alimentar al bebé desde el momento en que estás embarazada.

Durante el embarazo, tus pechos cambiarán e incluso después del nacimiento también volverán a ser diferentes. Al inicio del embarazo, tus pezones se volverán más sensibles y es posible que incluso tus pechos se hinchen. De hecho, esto es una señal que, en ocasiones, permite a las madres reconocer que están embarazadas.

Con el progreso del embarazo, los pezones se oscurecen por una curiosa razón: un bebé al nacer solo ve en blanco y negro. Puesto que el pezón aparece más oscuro, le resulta más fácil encontrarlo para tomar leche materna.

También aparecerán unos bultitos alrededor de la areola que comenzarán a producir una sustancia aceitosa diseñada para limpiar y proteger tus pezones mientras amamantas. Esta sustancia grasa tendrá un olor que atraerá al bebé hacia el pezón, de manera instintiva.

Cuando nazca el bebé, tus pechos habrán aumentado un par de tallas debido al crecimiento del tejido glandular, que puede llegar a duplicar su tamaño durante el embarazo. Cada mujer es diferente, por lo que algunos pechos crecerán más que otros. Pero esto es algo que no debería preocuparte, ya que podrás producir leche sin importar el tamaño de tus pechos.

Es posible que tu primera leche no te parezca demasiado apetecible dada su consistencia cremosa y su color amarillo, pero esta es la leche más importante para el bebé. El calostro es un líquido muy concentrado, rico en proteínas, bajo en grasa y con anticuerpos saludables, y es todo lo que el bebé necesita durante los primeros tres días de su vida. El calostro proporciona al bebé toda la inmunidad y los nutrientes necesarios en sus primeros días en el mundo.

Transcurridos tres días desde el nacimiento, empezarás a producir leche materna “normal” en lugar de calostro, y sentirás tus pechos más pesados y llenos en este punto.

Pechos que gotean

Algo que muchas embarazadas olvidan es el goteo de los pechos, y es que algunas mamás empezarán a perder leche materna antes de dar a luz. El momento en que esto ocurre varía de una madre a otra, ya que tanto puede ocurrir al inicio del embarazo como justo antes de la fecha del parto. De cualquier forma, es algo completamente normal. Incluso hay algunas mamás a las que solo les gotea un pecho y no el otro.

La sustancia que se escapa de sus pechos es una leche concentrada conocida como calostro. No importa cuanta leche salga, ya que esto no afectará a la cantidad de leche producida una vez que nace tu bebé.

Dependiendo de la cantidad de leche que gotee de tus pechos, puedes usar un disco de lactancia para el pecho (asegúrate de cambiarlos regularmente). Si es poca cantidad, puedes colocarte un simple pañuelo en el sostén.

Si en algún momento aprecias sangre en la leche que gotea, consulta con tu médico o matrona.

Durante el embarazo, tus pechos pueden llegar a duplicar su tamaño, por lo que es posible que aparezcan estrías. La aparición de estrías depende de la elasticidad de la piel en gran medida. Puesto que la piel de algunas personas es más elástica que la de otras, es posible que algunas mamás no manifiesten ningún tipo de estrías.

 

Es posible que ya hayas experimentado durante la pubertad estrías de crecimiento, por lo que sabrás que las estrías pueden aparecer marcadas y listas para progresar, pero que con el tiempo se desvanecen.

Asegúrate de mantener la piel de tus pechos suave y flexible, hidratándola con regularidad o, alternativamente, utilizando algún aceite recomendado para la prevención y el tratamiento de las estrías.

El mareo es normal al levantarse, por lo que tómate las cosas con calma

Un síntoma habitual del embarazo es el mareo, especialmente durante el primer trimestre, aunque es posible que se prolongue durante todo el embarazo.

La razón por la que ocurre el mareo es el incremento de las hormonas de tu cuerpo, lo que causa el ensanchamiento de los vasos sanguíneos y un aumento del flujo de sangre hacia el bebé. Sin embargo, y debido a esto, disminuye el flujo de sangre que te llega, lo que hace que tu presión arterial disminuya y que te marees como efecto secundario de una presión arterial baja.

Existen otras causas que pueden producir mareos, como la anemia o tener venas varicosas. También un nivel bajo de azúcar en sangre produce mareos, una circunstancia que ocurre habitualmente porque tu cuerpo está tratando de adaptarse al cambio metabólico.

Si experimentas mareos más adelante en el embarazo, podría deberse a la presión que el útero ejerce sobre los vasos sanguíneos o, si estás boca arriba, a que el peso del bebé presiona ciertas venas.

Hay varias cosas que puedes hacer para tratar de prevenir los mareos, como las que te indicamos:

  • Al levantarte, hazlo siempre lentamente.
  • A partir del segundo trimestre, trata de no recostarte sobre tu espalda, ya que es el peso podría presionar ciertas venas.
  • No permanezcas de pie durante largos períodos de tiempo o, si es necesario, trata de moverte.
  • Come regularmente incluyendo alimentos ricos en hierro y no dejes pasar mucho tiempo entre las comidas.
  • Trata de evitar duchas y baños calientes.
  • Si en algún momento te sientes mareada, acuéstate y respira hondo. Asegúrate de que no tienes demasiado calor abriendo las ventanas, por ejemplo.

Si el mareo te produce palpitaciones, dolores de cabeza o visión borrosa, podría ser un síntoma subyacente de anemia, una circunstancia que puede afectar al embarazo. En tal caso, contacta con tu médico o matrona.

Si en algún momento te sientes mareada y tienes dolor abdominal o sangrado vaginal, ponte en contacto con tu hospital.

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