Bañarse juntos

Bañarse juntos

Parece que dar un baño al bebé se ha convertido en uno de esos momentos estresantes de la nueva maternidad. ¿Cuánta agua necesito? ¿Cómo puedo bañar a mi bebé de forma segura? ¿Qué pasa si le entra agua en los ojos, oídos o boca? ¿Está el agua a la temperatura adecuada? ¿Y cuánto tiempo debe durar el baño? Muchas preguntas.

Particularmente durante las primeras semanas, los baños no son esenciales para tu bebé. Si lo piensas bien, tu bebé no se ensucia mucho. Pero, a veces, los bebés hacen caquita que acaba en los lugares más insospechados. Ante esto, necesitarán una limpieza en profundidad en una bañera.

Los bebés pequeños tienen pieles muy sensibles y bañarlos con frecuencia puede causarles irritación y sequedad. Si es el caso, utiliza productos específicos para el cuidado de su piel, como la gama Earth Friendly Baby de Lansinoh.

De cualquier forma, si crees que el bebé puede beneficiarse de un baño, ¿por qué no lo metes en la bañera contigo? Los bañeras para bebés son complicadas de llenar, y muchas veces te obligan a inclinarte o reclinarte. Además, es mejor evitar tener que elevarlas sobre una superficie segura, especialmente si has tenido una cesárea o quieres cuidar tu espalda. Compartir un baño juntos parece mucho más divertido y puede ayudar a que ambos os relajéis y favorecer con ello la lactancia.

Compartir la hora del baño juntos tiene muchas ventajas:

  • Es relajante tanto para ti como para tu bebé. Puedes sumergirte en la bañera mientras disfrutas del contacto piel con piel con tu pequeño.
  • Puede ser un momento de pausa agradable para ambos, especialmente después de un día agitado o inestable, e incluso puede ayudar a la hora de acostarse.
  • Es una excelente forma de volver al nido y mantener una lactancia tranquila, piel con piel, que aumente todas las hormonas que producen leche.
  • Puedes preguntarte si el esfuerzo de bañarte con tu bebé vale la pena, considerando que ambos estaréis mojados al acabar, pero seguro que al final os resultará una experiencia encantadora, relajante y que disparará las hormonas.

Sigue estas indicaciones:

  • Prepárate. Convierte el baño en un lugar acogedor y cálido. Calienta algunas toallas grandes sobre los radiadores y ten la ropa de ambos lista. Puedes incluso encender unas velas y atenuar un poco las luces. Moja la cara y el culito del bebé antes de bañaros.
  • Asegúrate de tener a alguien listo para ayudarte. Por supuesto, tener a alguien cerca para pasarte al bebé en el momento de meterte y salir de la bañera facilita las cosas.
  • Si estás sola y quieres bañarte con el bebé, es importante seguir estos pasos: coloca al bebé en una hamaca o silla de coche, métete en la bañera y toma al bebé de su asiento. Estar sentada te garantiza una posición segura antes de levantar al bebé. Antes de salir del baño, colócalo nuevamente en su asiento.
  • Con independencia de si te ayuda alguien o no, puedes colocar una pequeña toalla en el fondo de la bañera para evitar resbalar.
  • Comprueba que la temperatura del agua se aproxime a la corporal y que ambos estáis cómodos. Llena la bañera hasta que el agua llegue a la mitad de tus piernas dobladas cuando te estiras.
  • Coloca al bebé sobre tus piernas, frente a ti. De esa manera, mantendrás el contacto visual y podrás verter fácilmente agua sobre el cuerpo del bebé. Puedes usar una jarra pequeña o exprimir el agua de una toalla.
  • Si deseas amamantar al bebé en la bañera, quizás tengas que sentarte para mantener tus pechos por encima del nivel del agua. Puedes recostar al bebé boca abajo, barriga con barriga, para que se agarre o usar la posición en cuna, lo que te resulte más cómodo. Vigila el nivel del agua para asegurarte de que la cara del bebé esté siempre visible.
  • Cuando estéis listos para salir, envolveos en las toallas calientes. La persona que te ayude puede envolver al pequeño mientras te secas. Disfruta de la relajación después del baño.

Para disfrutar de estos momentos y hacer que los baños se conviertan en una experiencia agradable, la preparación es clave. Como mamá te sentirás relajada y fresca al tiempo que creas encantadores recuerdos del vínculo con tu bebé. Para el bebé, el baño le ayudará a sentirse seguro y protegido. Bañarse juntos también ayuda a la bajada de la leche, lo que favorece la lactancia del pequeño.